El independentismo
de los Pujol y la superioridad moral
En estos días vivimos los catalanes una clara insatisfacción, nos sentimos
engañados, o en algunos casos cómplices de haber permitido a una élite de prohombres
catalanes, que han gobernado nuestro país en los últimos 23 años (1980 – 2003),
con el apoyo de la mayoría de los catalanes como si fuera su propio cortijo.
A pesar de la existencia de moscas cojoneras, que insistentemente avisaban
de la corrupción que estaba en las entrañas de la Generalitat de Pujol, desde
la primera legislatura con Prenafeta como secretario de Presidencia y los primeros nombramientos…, los medios y la
amplia mayoría de los catalanes seguimos durante 23 años la teocracia impuesta
por la familia Pujol, arropada por un pseudoindependentismo ficticio que nos
hacía votarlos una y otra vez.
Mucha veces el pujolismo (corriente política hegemónica en Catalunya),
confundió el “Govern de la Generalitat” con “Catalunya”, “CiU” con “Catalunya”
y “Pujol” con “Catalunya”, y se llegaba a una veneración del patriarca Pujol,
más parecida a una teocracia catalana que a una democracia, donde se permitía
al Honorable dirigir el país como si fuera el adalid de la autoridad moral de
Occidente y cualquier crítica a su persona o forma de actuar era considerada
una crítica a la identidad catalana.
Por suerte para los catalanes, la saga política de los Pujol se rompió en
2014, cuando se imputó a Oriol Pujol (hijo del Honorable y previsto sucesor del mismo en la dirección
del país) en el caso itv.
La caída de la línea sucesoria, ha llevado a ir destapando los trapicheos
continuos de clan Pujol, y ha hecho caer la venda de los ojos, a muchos de los que llevaban votando al Pujolismo o sus
criaturas ( CiU, PdC,…) .
El Pujolismo no habría podido existir, si no hubiera estado apoyado por los
ciudadanos, que consciente o inconscientemente e influenciados por los medios y
un falso sentimiento identitario íbamos votándolos;
Pujol ( 1980, 1984, 1988, 1992, 1995, 1999, 2003) y Mas (2010, 2012, 2016).
El clan Pujol no pudo actuar sólo, su enriquecimiento personal y debía ser
conocido y arropado por sus más íntimos colaboradores (recordemos que Lluis
Prenafeta, Macià Alavedra y otros grandes amigos de Pujol están investigados en
varios casos casos de corrupción y enriquecimiento personal).
El movimiento independentista
catalán, si realmente desea cambiar el escenario político, debería liderar la
limpieza de la lacra Pujolista, (que continua activa en actual gobierno de la
Generalitat y PdC) y separar activamente de la escena política totalmente a los
políticos que hubieran apoyado, colaborado u ocultado la trama corrupta.
No nos sirve con la blanda postura de Carme Forcadell Presidenta del
Parlament el dia 9 Mayo de 2017 a RAC1 : “Tolerancia cero con la corrupción y
que la justicia vaya más deprisa , tenemos ganas que se acabe de una vez y
hacer limpieza, y dejar ya de hablar de
este tema que realmente es reiterativo “ , que se asemeja a la política que
usaba Esperanza Aguirre en Madrid para tapar sus casos de corrupción.
Y si realmente se desea con honestidad una República independiente, es necesario y
obligatorio antes de cualquier crear un nueva soberanía, hacer una limpia y
definir previamente y de forma democrática abierta el modelo y reglas de
Gobierno que debiera tener Catalunya para que ninguna TEOCRACIA CATALANISTA
infecte el futuro de nuestro país.